lunes, 30 de mayo de 2011

Retrato

                                                          "Nada màs difìcil para el hombre que emprender la senda que lleva a
                                                     uno mismo."
                                                                            Herman Hesse


            Hoy me he puesto de pie para inaugurar mi identidad.

            Y me he puesto de pie frente al espejo que ofrenda despiadado la figura de esta mujer a la que no conozco en absoluto.

             Dolorosas imàgenes me atraviesan la sangre y me presentan la realidad al descubierto.

             Dolorosa resurrecciòn a voluntad desde la vida misma.

             Me he parado desnuda.Como recièn nacida.

             Y me he puesto de pie para negar mi indefensiòn,mi inseguridad,mis miedos.

             Pero debo vivir.Y vivir,viva.

             El espejo me aterra y me aprisiona.Me paralizan unos brazos imantados.No puedo dejar de contemplar esa imagen de terror para mì desconocida.

              Porque yo sè que estoy diluida en ese continente ceniciento.

              Envueltos en nubes de dolor y de ausencias,estàn entre la niebla los poemas,las rosas,la raìz de esta sangre alborotada que de pura soledad està dormida,el temblor de mis alas replegadas.Mi corazòn lleno de nombres me pide la resurrecciòn,mi espìritu endiosador de gestas y juglares,me reclama la vida.

             Soy un plumòn apenas asombrado al asombro.Un ave temblorosa a la que acaban de parirla.

            Pero debo vivir.Y que me sepan viva.

           Resucito,primero,una boca cerrada.

           Tomo un làpiz labial y,despacito,me trueco una mueca colorada por risas.

           Mis manos van desnudas a medias,en infinita comuniòn con la desdicha.Estàn pobladas de alianzas invisibles ,como invisibles son los brazaletes poseedores que la muerte ironiza para enarbolar su tiranìa.

           Las toco,las acaricio,las envuelvo.Pero la luz interior,no vence el frìo.

           Dos o tres pinceladas de rubor sobre mi rostro,pelean con el color de la ceniza.

           Y decido vestirme.

           Las amplias faldas disfrazan las miserias y una blusa demasiado holgada,me protege los pechos aùn dormidos.

           Pero debo vivir.

          Y que me sepan viva.

          Dibujo cuidadosamente mis ojos hermosos.

          Y finalmente,calzo mis zapatos gastados y despacio,muy despacio,trato de volver a caminar.
         
          La claridad habita como nunca mi primera mañana.

         Camino por las calles.Las estreno.Mis pasos virginales profanan las veredas mil veces recorridas.

         Y sorprendentemente advierto que los muertos que van entre los vivos,pueden oìr,aunque jamàs lo entiendan,lo que hablan los paseantes de la vida.

          Y sigo.

          Sigo caminando en busca del camino que me diga si la vida es lo que dejo atràs,o es la luz que no veo todavìa.

          Y sigo caminando.Sigo.

          Pero no avanzo.

          Estoy como los muertos,detenida en la endeblez del tiempo que es absurdo.

          Dios.

         En què lugar se me quedò la vida ?

         



                    
                                           

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