martes, 11 de marzo de 2014
VIII
Siento un dolor atemporal.
El tiempo y la vida y el grito de la tierra
que reclama a sus hijos.
Un pasado continuo que se eleva
en el susurro de mi abuela
a la hora de la siesta.
El río acaracolado de Sacile
y un trineo bajando por las Dolomitas.
Canciones en el aire
y hermanos varones con trajecitos marineros.
Yo sufro ese dolor.Por eso vuelvo.
Yo soy esas mujeres enlutadas
que maldicen y rezan
en las púrpuras laderas de los Alpes.
Y esperan.
Siempre esperan.
Io non posso aspettare.
Me duele la memoria
y este instante
me congela el latido en las arterias.
Siento que vine para volver a irme.
Yo soy la heredera del destierro.
Por eso viajo todos los días hasta Brescia,
hundo mis pies en la tierra roja de Firenze,
abrevo en los húmedos canales de Venezia,
oxigeno las llagas de la sangre
y renazco
puntual
en cada primavera,
para la última fundación de Buenos Aires.
Sento un dolore atemporale.
Il tempo e la vita e il grido della terra
che invoca ai loro figli.
Un passato continuo che si alza
nel mormorio di mia nonna
al pomeriggio.
Il fiume come chiocciola de sacile
e una slitta che scende dai Dolomiti.
Canzoni nell' aria
e fratelli maschi con abitini di marinai.
Io patisco il dolore.Perció ritorno.
Io sono quelle donne oscurate
che maledicono e pregano nei porpori
declivi delle Alpi.
E aspettano. Sempre aspettano.
Io non posso aspettare.
Mi duole la memoria
e quest' istante
mi congela el battito nelle arterie.
Sento che sono venuta per ritornare e partire.
Io sono l' erede dell ' esilio.
Perció viaggio tutti i giorni fino a Brescia
affondo i miei piedi nella rossa terra di Firenze,
abbevero negli umidi canali di Venezia
ossigeno le pieghe del sangue
e rinasco diligente
in ogni primavera
per l' ultima fondazione di Buenos Aires.
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